En pleno corazón de La Mancha toledana se encuentra ubicada una pequeña joya del siglo XVIII que aún conserva sus orígenes intactos. Un lugar lleno de encanto y personalidad que no ha querido olvidar su pasado sin renunciar al presente, transformándose en una casa donde disfrutar de la naturaleza, de buenos momentos, del descanso y el relax, de la familia y los amigos. Ese sitio es la casa rural La Alameda, una antigua alquería que no puedes dejar pasar si quieres una experiencia que va más allá de un simple alojamiento. Deja de buscar y reserva ya en este alojamiento con encanto con chimenea y barbacoa para disfrutar en familia. No te vas a arrepentir.
Las vacaciones familiares están pensadas para pasar más tiempo juntos y disfrutar de actividades de ocio divertidas y entretenidas. La casa rural La Alameda es el enclave idóneo para unas vacaciones inolvidables y fuera de lo común. Relajación, aire puro y mucha naturaleza son sus principales atractivos, sin olvidar el privilegio de dormir en una antigua alquería del siglo XVIII cuyo origen aún puede apreciarse en sus paredes de adobe encaladas y en los techos originales de madera. Un alojamiento con encanto con chimenea y barbacoa donde todos los miembros de la familia encontrarán algo que les guste. El jardín para que los niños jueguen, corran, salten, descubran la naturaleza. La chimenea para que la madre disfrute de su libro en el sofá. La barbacoa para que el padre de rienda suelta a su talento como chef. Todos tendrán su sitio en esta encantadora casita rural.
Su finca de más de quince mil metros cuadrados asegura total privacidad al visitante, ya que el alquiler de la casa es íntegro y no se comparte con más clientes. Podréis comer cuando queráis, donde deseéis y lo que más os apetezca. La decisión es vuestra y de nadie más. Aquí no hay horarios ni protocolos. Si queréis dormir en el jardín, nada os lo impide. Imaginad que soñáis bajo las estrellas…..Y es que este lugar es tan bonito que hasta dormir será un placer. La alcoba de la tía Engracia, el pajar de Manuel y el cuarto de Marcelo son los nombres de las tres habitaciones de La Alameda. Cada una de ellas es un pequeño homenaje a sus antiguos moradores y su espíritu se mantiene en cada detalle, en cada rincón. Un descanso lleno de confort y tranquilidad para recargar pilas lejos de la ciudad. No lo dudéis y reservad cuanto antes vuestra estancia en este alojamiento con encanto con chimenea y barbacoa. No os arrepentiréis.
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